Fin de las vacaciones y como todo final precipita un nuevo comienzo. Mucho he pensado en cual debería ser el primer texto publicado este año en este blog. El verano ha sido muy intenso para mí, en todos los planos posibles, sabido es que el calor abre, dilata, nos hace permeables a los sabores, a los aromas, a los sentimientos, a las ideas. El verano viene a dar rienda suelta a la primavera para atravesarnos y dejarnos a merced del universo y a su fin, obligatorios son los balances ya que de ellos nos alimentaremos durante el otoño y el invierno.
Desde el año pasado he venido dándole a mi trabajo un perfil diferente distanciándome del masaje digámosle tradicional, tratando de alcanzar otra dimensión más acorde a mis inquietudes y ambiciones, lo que no me hace ni mejor ni peor que muchos colegas, simplemente distinto. Esto me ha llenado de críticas buenas y malas, algunas veces hasta crueles y despiadadas. Si bien no soy una persona fácil de amedrentar esto no quita que escuche y analice todo lo que tienen para decirme, por más que en muchos de lo casos sé que obran de mala fe. Igual entiendo que en el odio como en el humor siempre hay un dejo de verdad oculto tras bambalinas. ¿Cuales han sido las críticas más frecuentes? Que soy un charlatán en el sentido de chanta, no de conversador lo cual sería cierto porque soy de hablar mucho cuando algo me apasiona, Que soy un prostituto ya que hablo de erotismo y en mis fotos muestro mis piernas insinuándome, tanto en la imagen como en el discurso, que soy excesivamente caro, que no soy masajista, que no saben lo que soy pero que masajista seguro que no, que soy un desprestigio para la profesión y un más que largo etcétera. Por otro lado tengo muchas críticas excelente y un sinfín de pacientes, tanto eventuales como recurrentes, que alaban mi hacer y me llenan diariamente de amor y de cariño. Sé claramente quien soy y porqué y desde donde hago lo que hago, también sé que no se puede conformar a todo el mundo y que la hinchada nunca estará conforme por más crac que se sea, igual me lleva a pensar que quizás mi error es no explicar claramente muchas cosas que hago y cual es el sentido, al menos aquellas que hago conscientemente porque imposible poder explicar aquellas cosas que brotan naturalmente de las entrañas de nuestro ser. Uno es lo que es y en eso no hay remedio. Trataré a continuación expresar algunos de los principios sobre los cuales articularé mi trabajo en este año.
En primer lugar diré que me pongo en un lugar de máxima humildad, no creo de ninguna manera ser poseedor de poderes energéticos sobrenaturales, ni ser un manosanta, no soy un sanador mágico y no ofrezco de ninguna manera, ni desde ningún punto de vista soluciones mágicas para desterrar los dolores tanto físicos como emocionales. Si alguien creyó esto se equivocó, por eso lo dejo claramente definido en este instante. Si venís con una contractura crónica de hace varios años podré ayudarte, claro está, conozco técnicas, he estudiado lo que hago y he ejercido esta profesión por más de diez años pero, si no se corrigen posturas, actitudes, si no se ejercitan elongaciones y no se aplican diferentes respuestas a iguales preguntas seguramente el dolor persistirá a la larga. El paciente que viene a mí debe saber que no soy dios y que él no es un pedazo de carne a depositar en una camilla. Yo lo que ofrezco y lo que propongo es trabajo, es compromiso con la terapia, el dolor de una vida no se resuelve en una hora de masaje pero si en una actitud diferente al mirarse al espejo y yo me planto como espejo para que se pueda ir corrigiendo la imagen hasta hacerla eficaz y acorde a los intereses del consultante, esto es todo. Así de simple. Si el paciente quiere solo una sesión de masajes descontracturante perfecto, la hago y seguro se irá feliz, pero será un paliativo y es lo que le diré, no vengas a mí para estar feliz y sin dolor, no me otorgues ese poder, no le otorgues ese poder a nadie, solo vos debés tener esa llave hacia tu corazón. Igual pasa con los masajes sensoriales, la abrazoterapia y el despertar las sensaciones, yo no soy agua para saciar ninguna sed, ni soy agua para apagar el fuego que arde en los corazones, creo que eso es obvio, Pero recuerden que el agua y el espejo tienen cierta analogía y ambos nos devuelven la imagen de nuestro rostro dando así respuesta a todos nuestros interrogantes. Cuando me abrazas te abrazo, cuando dibujo tu cuerpo me dibujo. de eso se trata. De esa simpleza. Este es el punto de mi terapia, quiero ofrecer mi cuerpo, mi ser todo para que puedas descubrir tu cuerpo y tu ser. Nos conformamos a imagen del mundo, corrijamos entonces la imagen y quizás así cambie el mundo. Es una apuesta fuerte pero es mi apuesta y a ella me entrego.
Uso pantalones cortos y remera porque es mi manera de mostrarme simple aunque creo que lo correcto sería mostrarme desnudo porque esa es la idea precisamente del naturismo, la igualdad de la imagen. Solo un cuerpo, un ser sin adjetivaciones ni más cultura que la palabra y la mirada. Pero si mostrar la piernas me hacen satanás imaginen algo más. Igual las piernas ofenden cuando los pasos que se dan no siguen los pasos de las manadas, también hay que decirlo. Pero no, vivimos en una sociedad altamente sexualizada y la desnudez se asocia inmediatamente al comercio sexual, al consumo de la carne, a una demanda social que nos obliga a poseer al otro y no es esto en absoluto lo que yo trato de construir ni en el mensaje ni en la acción. Yo trato de construir deseo antes que consumo, erotismo antes que sexo, consumirse a uno mismo antes que al otro, mi trabajo es que quieras comerte al mundo y no que te comas al masajista, lo cual sería un pésimo negocio jajaj.
Mi propuesta es entonces ser tu espejo para enfrentarte a tus propios deseos, a tus dolores, a tu propia vida, a tu cuerpo, a tu mente, a tu espíritu holisticamente, universalmente, plenamente. Pongo mi cuerpo a tu alcance, mi sapiencia a tu alcance, mi corazón a tu alcance, mi ansia a tu alcance, ¿Que harás con todo eso? A este interrogante me enfrento cada vez que abro la puerta de mi consultorio, imaginen ustedes la grandeza de esta bendición, lo hermoso de mi trabajo. Bien , ahora como buen espejo que soy les digo lo mismo. Pongo todo mi ser, cuerpo, mente y espíritu a tu alcance, ¿qué harás con él? En la respuesta estará definida la esencia de quien eres y en la respuesta que doy día tras día está definida, digan lo que digan, mi esencia y mi porqué.
Este será un gran año, espero verlos pronto para seguir construyendo esta maravillosa aventura. Los quiero.
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